La valquiria o La walkiria (título original en alemán, Die Walküre, WWV 86B) es una ópera en tres actos con música y libreto en alemán de Richard Wagner, la segunda de las cuatro óperas que componen el ciclo de El anillo del nibelungo (Der Ring des Nibelungen), y la que se representa más asiduamente, incluso separada del ciclo completo. El fragmento más conocido de esta ópera es la «Cabalgata de las valquirias», introducción al tercero y último acto describiendo a las guerreras semidiosas. Se estrenó en Múnich el 26 de junio de 1870.
Wagner se inspiró en la mitología nórdica al escribir esta obra, específicamente en la Volsunga y la Edda poética. En la versión simplificada del compositor, las valquirias son las hijas del dios Wotan y la madre tierra, la diosa Erda, concebidas como doncellas guerreras para defender el Olimpo germánico, el Walhalla,
del acecho los Nibelungos y recoger las almas de los héroes muertos en
batalla para llevarlos a su descanso eterno en el Walhalla.
Fue estrenada en el Hoftheater (Teatro de la Corte, hoy Teatro Nacional de Múnich) de Múnich el 26 de junio de 1870, por insistencia del rey Luis II de Baviera. Entre los presentes el día del estreno se encontraba Henri Duparc. Se estrenó en el Festival de Bayreuth de Wagner como parte del ciclo completo el 14 de agosto de 1876. La ópera se estrenó en los Estados Unidos en la Academia de Música en Nueva York el 2 de abril de 1877. En España se estrenó el 25 de enero de 1899, en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona. Forma parte del Canon de Bayreuth.
Acto 1. Sigmundo busca refugio en la casa del guerrero Hunding. Éste no se encuentra en su aposento, por lo cual Siglinda, la muy descontenta esposa de Hunding, es quien recibe a Sigmundo.Cuando
Hunding regresa a su hogar piensa dos veces antes de ofrecerle posada a
Sigmundo, aunque por tradición se ve obligado a dársela. Siglinda se
siente cada vez más fascinada por el huésped y le pide que le cuente la
historia de su vida.
Hunding permite que Sigmundo se quede una noche más, pero al amanecer
deberán luchar uno contra otro. Hunding se retira con Siglinda,
ignorando las preocupaciones de su esposa.Siglinda
revela su atracción por aquel héroe que pudiera sacar la espada y
liberarla. Sigmundo expresa su amor por Siglinda y ella lo corresponde, y
ella se esfuerza por comprender su reconocimiento de él, ella se da
cuenta de que está en el eco de su propia voz, y el reflejo de su
imagen, que ella ya conoce.Sigmundo
ahora libera fácilmente la espada y ella le dice que es Siglinda, su
hermana melliza.Mientras termina el acto, él la llama "esposa y
hermana", y se la lleva con él en un apasionado fervor, huyendo de la
casa de Hunding.
Acto 2. Wotan se encuentra en una montaña rocosa con Brunilda, su hija valquiria.Wotan
se encuentra en una montaña rocosa con Brunilda, su hija valquiria.
Wotan ordena que Brunilda proteja a Sigmundo cuando se enfrente a
Hunding. Fricka, esposa de Wotan y diosa del matrimonio, aparece y
demanda que Sigmundo y Siglinda sean castigados por cometer adulterio e
incesto. Fricka sabe que Wotanes el padre de Sigmundo y Siglinda Wotan
argumenta que necesita a un héroe librepero Fricka lo contradice
al decir que Sigmundo no es más que una criatura e inconsciente peón de
Wotan. Éste, acorralado, promete a Fricka que Sigmundo morirá.Wotan crio
a Brunilda y otras ocho hijas como las valquirias,El ejército del
Valhalla fallaría si Alberich llegase a apoderarse nuevamente del
anillo, el cual se encuentra en las manos de FafnerWotan no puede
quitarle el anillo a Fafner, ya que Wotan lo otorgó bajo una promesa y
por lo tanto necesita a un héroe que derrote a Fafner en su nombre.Wotan
ordena a Brunilda que asesine a su amado hijo Sigmundo.Habiendo huido
de la casa de Hunging, Sigmundo y Siglinda se encuentran en un puerto de
montaña, cuando Siglinda se desmaya por cansancio y remordimiento.
Brunilda se acerca a Sigmundo y le habla de su próxima muerte.Hunding
aparece y ataca a Sigmundo. La bendición de Brunilda da un poder
extraordinario a Sigmundo que le permite dominar a Hunding, pero Wotan
se presenta y destruye la espada Nothung con su lanza. Sigmundo se
encuentra desarmado y Hunding acaba con la vida del guerrero.Wotan mata a
Hunding con un gesto desdeñoso, y con ira persigue a su desobediente
hija Brunilda.
Acto 3. Las otras valquirias se
reúnen al pie de la montaña, cada una con un héroe en su alforja. Las
valquirias se sorprenden cuando Brunilda aparece con Sieglinda, una
mujer que todavía está viva. Brunilda pide ayuda, pero sus hermanas no
osan desafiar las órdenes de Wotan. Brunilda decide distraer a Wotan
mientras Siglinda huye. También revela que Siglinda quedó embarazada de
Sigmundo y nombra a su hijo SigfridoWotan
aparece furioso y castiga a Brunilda: su hija deja de ser una valquiria
y se ve despojada de su inmortalidad; además, la condena a que duerma
un sueño mágico cerca de la montaña y sea presa fácil para cualquier
hombre que pase por ahí. Las demás valquirias temen por sus propios
destinos y huyen. Brunilda pide misericordia a Wotan para ella misma, su
hija favorita. Ella relata el valor de Sigmundo y su decisión de
protegerlo, sabiendo que ese era el verdadero deseo de Wotan.otan
le concede su última petición: rodear la cumbre de la montaña con una
llama mágica, que la protegerá de todos menos del guerrero más valienteDespojado
de dos de sus hijos, Wotan se retira lentamente con una gran tristeza,
después de decir: "Cualquiera que tenga miedo de la punta de mi lanza no
pasará a través del fuego.
Escuchamos la versión dirigida por Hans Knappertsbusch en el Festival de Bayreuth de 1958 con la participación de Jon Vickers, Leonie Rysanek, Astrid Varnay, Hans Hotter, Josef Greindl y Rita Gorr.
Parsifal es un Festival escénico sacro, Bühnenweihfestspiel, como lo definió su autor Richard Wagner, en tres actos, con música y libreto en alemán, compuestos por él mismo. Se basa en el poema épico medieval (del siglo XIII) Parzival de Wolfram von Eschenbach, sobre la vida de este caballero de la corte del Rey Arturo y su búsqueda del Santo Grial. Wagner concibió la obra en abril de 1857 pero sólo la completó 25 años después, estrenándose en el Festival de Bayreuth el 26 de julio de 1882 (al estreno asistirían, entre otros, Vincent d'Indy y Ernest Chausson).
Wagner leyó por primera vez el poema de Wolfram von Eschenbach en Marienbad en 1845. Influenciado por la concepción filosófica del mundo contenida en los trabajos de Arthur Schopenhauer en 1854, Wagner se mostró interesado en las filosofías orientales, particularmente el budismo. Tras leer la obra de Eugène Burnof Introduction à l'historie du buddhisme indien en 1855/56, escribió Die Sieger (Los victoriosos, 1856), un boceto de una ópera basada en una historia de la vida de Buda. Los temas que luego serían explorados en Parsifal de reencarnación, compasión, renuncia a uno mismo e incluso los grupos sociales (castas en Die Sieger, los Caballeros del Grial en Parsifal) fueron introducidos en Die Sieger.
De acuerdo con su propio relato, recogido en su autobiografía Mein Leben, Wagner concibió Parsifal en la mañana del Viernes Santo de 1857, en la residencia que Otto von Wesendonck,
rico comerciante de sedas y generoso patrón, había dispuesto para
Wagner. Parece probable que el que Wagner dijera que se había inspirado
un Viernes Santo para componer la ópera no sea más que una licencia
poética. Sea como sea, se acepta que el trabajo comenzó en la residencia
que le había cedido Wesendonck durante la última semana de abril de
1857.
Tras este primer boceto, Wagner no volvió a trabajar en Parsifal durante ocho años, durante los cuales completó Tristán e Isolda y empezó Los maestros cantores de Núremberg. Entre el 27 y el 30 de agosto de 1865, retomó Parsifal
y completó un pequeño boceto de la obra. Este boceto contenía un breve
resumen del argumento y detallados comentarios sobre los personajes y
temas del drama. Una vez más, el trabajo fue abandonado durante otros
once años y medio. Durante este tiempo, Wagner dedicó la mayor parte de
sus energías al ciclo del El anillo del nibelungo, el cual completó en 1874. Sólo cuando su gran obra fue estrenada, Wagner encontró tiempo para dedicarse a Parsifal. El 23 de febrero de 1877 terminó un segundo y más extenso boceto de la obra, que el 19 de abril del mismo año había transformado en un libreto en verso (o «poema», como Wagner prefería llamar a sus libretos).
En septiembre de 1877
empezó la música componiendo dos bocetos de la partitura desde el
comienzo hasta el final. El primero de estos borradores (conocido en
alemán como Gesamtentwurf) fue hecho a lápiz en tres pentagramas, uno para la voz y dos para los instrumentos. El segundo borrador (Orchesterskizze)
fue realizado en tinta y con tres a cinco pentagramas según la parte.
Este boceto estaba mucho más detallado que el primero y contenía un
grado considerable de elaboración de la parte instrumental.
El segundo borrador lo inició el 25 de septiembre de 1877,
solo pocos días después del primero. En ese momento de su carrera, a
Wagner le gustaba trabajar en los dos borradores a la vez, cambiando
entre uno y otro. Una vez acabados los borradores, Wagner terminaba la
partitura final (Partiturerstschrift).
Wagner compuso los actos de Parsifal de uno en uno, y hasta que no terminaba completamente uno no pasaba al siguiente.
El Festival de Bayreuth estableció un monopolio absoluto sobre las representaciones de Parsifal,
que sólo podrían darse fuera de Bayreuth 30 años después de la muerte
de su autor, en 1913. No obstante, en 1903 la ópera fue representada en
el Metropolitan Opera de Nueva York.
El 1 de enero de 1914 tuvieron lugar las primeras representaciones
«legales» fuera de Bayreuth: la primera de ellas —que empezó la noche
del 31 de diciembre de 1913, adelantándose en una hora y media debido a
la diferencia horaria entre Bayreuth y Barcelona— se dio en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona. La ópera forma parte del Canon de Bayreuth. La composición de esta ópera supuso la ruptura de su amistad con el filósofo Friedrich Nietzsche por su claro sentido religioso.
La obra se estructura en tres actos, superando las cuatro horas de
duración. El primer acto dura en torno a una hora y cuarenta y cinco
minutos, mientras que el segundo y el tercero vienen a durar entre
sesenta y cinco y setenta y cinco minutos.
Se exige una orquesta enorme, con una nutrida sección de metal y una
cuerda reforzada, con la presencia de campanas. Probablemente sea la
ópera más difícil para un coro, requiriendo de grandes efectivos
repartidos en torno al escenario en la escena de la Sala del Grial en el
primer acto y al final del tercero. Las tesituras son muy amplias y las
voces aparecen frecuentemente desdobladas.
Igualmente, el equipo de solistas es muy importante. El papel titular es para tenor heroico, con una tesitura similar a Sigmundo en La valquiria. Su papel se caracteriza por momentos especialmente dramáticos en la gran escena con Kundry del segundo acto y líricos en el tercero. Junto a él, el rol de Gurnemanz es
para un bajo profundo con una línea de canto depurada, debido a la
matización que el personaje requiere en los largos monólogos que tiene
que afrontar en el primer y en el tercer acto. Personaje clave es sin
duda Amfortas, para barítono-bajo, rey del Grial, dramático y sufriente. El único papel femenino importante es Kundry, para mezzosoprano o soprano dramática, una de las magnas creaciones del compositor bocetada en la Venus de Tannhäuser y Ortrud de Lohengrin.
Con una caracterización que se mueve entre la locura y la pasión de una
parte y a su vez aspira a la redención y es compasiva, lo cual requiere
una caracterización psicológica compleja, posee una tesitura muy
extensa, que requiere los graves de una mezzo y los agudos brillantes y
potentes de una soprano, siendo uno de los papeles más difíciles del
repertorio alemán. También son considerablemente importantes Titurel, padre de Amfortas (bajo profundo) y Klingsor, nigromante y personaje maligno de la obra (barítono).
Acto I
Gran preludio orquestal donde aparecen los principales "leitmotiv" del Festival Sacro.
Escena 1
En un bosque cerca del castillo de Monsalvat, sede del Grial y sus caballeros, Gurnemanz, el mayor de los caballeros del Grial, despierta a sus jóvenes escuderos
y los guía en la oración. Ve a Amfortas, rey de los caballeros del
grial, y su séquito que se acercan. Amfortas ha sido herido por su
propia lanza, que no es sino la Lanza Sagrada con que Longinos abrió la
llaga del costado de Cristo, y la cual debía custodiar , y la herida no
se cura.
Gurnemanz pide a su caballero principal noticias de la salud del rey.
El caballero dice que el rey ha sufrido durante la noche y que se va
temprano a bañar en el lago sagrado. Los escuderos piden a Gurnemanz que
les explique cómo la herida del rey puede sanarse, pero él elude la
cuestión y entra una mujer enloquecida, Kundry. Ella entrega a Gurnemanz
un vial de bálsamo, traído de Arabia, para aliviar el dolor del rey, y luego se derrumba, agotada.
Llega Amfortas, tumbado en una camilla
que sostienen Caballeros del Grial. Llama a Gawain, cuyo intento de
aliviar el dolor del rey ha fracasado. Le dicen que este caballero se ha
vuelto a marchar, buscando un remedio mejor. Alzándose un poco, el rey
dice que marcharse sin permiso ("Ohn' Urlaub?") es el tipo de
impulsividad que le llevó a él al reino de Klingsor, y a su caída.
Acepta la poción de Gurnemanz e intenta agradecérselo a Kundry, pero
ella contesta apresuradamente que las gracias no ayudarán y le insta a
que vaya a su baño.
Se marcha la procesión. Los escuderos miran a Kundry con sospecha y
le hacen preguntas. Después de una breve réplica, ella se calla.
Gurnemanz les dice que Kundry a menudo ha ayudado a los Caballeros del
Grial, pero que ella va y viene de manera impredecible. Cuando él le
pregunta directamente por qué ella no se queda para ayudar, responde
"¡Nunca ayudo!" ("Ich helfe nie!"). Los escuderos creen que ella es una bruja y desdeñosamente comentan que si ella hace tanto, por qué no encuentra la Lanza Sagrada
para ellos. Gurnemanz revela que esta hazaña está destinada a otra
persona. Dice que a Amfortas se le confió ser guardián de la Lanza, pero
la perdió cuando fue seducido por una mujer irresistiblemente atractiva
en el dominio de Klingsor. Klingsor atrapó la Lanza y con ella atacó a
Amfortas: esta herida causa a Amfortas tanto dolor como vergüenza, y nunca curará por sí misma.
Los escuderos regresan del baño del rey y le dicen a Gurnemanz que el
bálsamo ha aliviado su sufrimiento. Los propios escuderos de Gurnemanz
le preguntan cómo es que conoce a Klingsor. Solemnemente les dice que
tanto la Sagrada Lanza, como el Santo Grial,
en el que se recogió la sangre que fluía, habían llegado a Monsalvat
para ser guardados por los caballeros del Grial bajo el dominio de Titurel,
el padre de Amfortas. Klingsor anhelaba pertenecer a la congregación de
los caballeros, pero incapaz de mantener los pensamientos impuros lejos
de su mente, recurrió a la auto-castración,
haciendo con ello que le expulsaran de la orden. Klingsor entonces se
ha vuelto enemigo del reino del Grial, aprendiendo artes oscuras. Ha
establecido sus dominios en el valle inferior cercano a Monsalvat y lo
ha llenado de bellas doncellas-flores que tratan de seducir y embelesar a
los caprichosos caballeros del Grial para hacerlos perecer. Aquí fue
donde Amfortas perdió a su vez la Sagrada Lanza, conservada por
Klingsor, que trama ahora cómo conseguir también el Grial. Gurnemanz
dice que Amfortas más tarde tuvo una visión santa que le dijo que
esperara a un "casto inocente, iluminado por la compasión" (“Durch Mitleid wissend, der reine Tor”) quien finalmente curará la herida.
Justo en este momento, se oyen gritos de los caballeros (" Weh! Weh!" - "¡Dolor! ¡Dolor!"): un cisne en vuelo ha sido alcanzado por una flecha y ha caído abatido a tierra, y traen a un joven, un arco en su mano y un carcaj con flechas que son iguales a la que alcanzó al cisne. Gurnemanz habla severamente al muchacho diciéndole que este es un lugar santo. Le pregunta directamente si disparó contra el cisne, y el muchacho presume de que si vuela, él puede acertarle ("Im Fluge treff' ich was fliegt!") Gurnemanz le pregunta qué daño le había hecho el cisne, y muestra al joven el cuerpo sin vida de esta ave benefactora. Ahora con remordimientos, el joven rompe su arco, arrojándolo a un lado. Gurnemanz le pregunta por qué está aquí, quién es su padre, cómo encontró este lugar y, finalmente, su nombre. A cada pregunta el muchacho responde "No lo sé". El caballero mayor aleja a sus escuderos para que vayan a ayudar al rey y ahora pregunta al muchacho qué es lo que él sí sabe. El joven dice que tiene una madre, Herzeleide, y que el arco lo hizo él mismo. Kundry había estado escuchando y ahora les dice que el padre del muchacho fue Gamuret, un caballero muerto en batalla, y también cómo la madre del muchacho ha prohibido a su hijo usar una espada, temiendo que tenga el mismo destino que su padre. Ahora el joven recuerda haber visto caballeros pasar por su bosque, que él dejó su casa y su madre por seguirlos. Kundry se ríe y le dice al joven que, mientras ella cabalgaba, vio a Herzeleide morir de pena. Al oír esto, el muchacho se lanza contra Kundry pero entonces cae conmovido por la pena. La propia Kundry le ofrece agua para reconfortarlo y ahora cansada sólo desea dormir y desaparece entre la maleza.
Gurnemanz sabe que el Grial sólo dirige a los píos a Monsalvat e invita al muchacho a observar el ritual del Grial. El joven no sabe lo que es el Grial, pero señala que mientras ellos caminan, él apenas parece moverse, y aun así parece que viaja lejos. Gurnemanz dice que en este reino, el tiempo se convierte en espacio (" Zum Raum wird hier die Zeit"). Un grandioso interludio orquestal lleva a la escena 2.
Escena 2
Llegan al salón del Grial, donde los caballeros se están reuniendo para recibir la Eucaristía ("Zum letzten Liebesmahle" - "Esta última cena santa"). Se oye la voz de Titurel, diciendo a su hijo, Amfortas, que descubra el Grial. Amfortas está atormentado por la vergüenza y el sufrimiento (" Wehvolles Erbe, dem ich verfallen"). Es el guardián de estas sagradas reliquias pero aun así ha sucumbido a la tentación y perdido la Lanza: declara que él no es merecedor de su cargo. Grita pidiendo perdón (“Erbarmen!”) pero sólo oye la promesa de la redención futura a través de un tonto inocente.
Al oír el grito de Amfortas, el joven parece sufrir con él, apretando su corazón. Los caballeros y Titurel urgen a Amfortas a poner de manifiesto el Grial ("Enthüllet den Gral"), lo que él, finalmente, hace. El oscuro salón queda ahora bañado de la luz del Grial al tiempo que los caballeros comen. Gurnemanz empuja al joven para que participe, pero el muchacho parece en trance y no sigue. Amfortas no comulga y, al finalizar la ceremonia, cae transido de dolor y lo sacan. Lentamente se va vaciando el Salón dejando sólo al muchacho y a Gurnemanz, quien le pregunta si ha comprendido lo que ha visto. Cuando el muchacho es incapaz de responder, Gurnemanz lo despide considerándolo tonto y le envía una advertencia de cazar gansos, si debe, pero ha de dejar en paz a los cisnes. Una voz desde lo alto repite la promesa, "El casto inocente, iluminado por la compasión".
Acto II
Se inicia con un breve como intenso preludio orquestal que hace referencia a Klingsor, pero en el que se entremezclan otros "leitmotiv" relacionados con el Grial.
Escena 1
El segundo acto se abre en el castillo mágico de Klingsor, quien conjura a Kundry, despertándola de su sueño. La llama por muchos nombres: Primera Hechicera, la Rosa del Infierno, Herodías, Gundryggia y, finalmente, Kundry. Ella se resiste a obedecerle y se burla de la condición mutilada de Klingsor preguntando sarcásticamente si él es casto ("Ha ha! Bist du keusch?"), pero ella no puede resistir su poder. Klingsor observa que Parsifal se acerca, y llama a sus caballeros encantados para que luchen contra el muchacho. Klingsor ve cómo Parsifal derrota a los caballeros que emprenden la huida.
Klingsor ve al joven dirigirse al jardín de doncellas-flores y llama a Kundry para que busque al joven y lo seduzca, pero cuando él se gira, ve que Kundry ya ha salido a cumplir su misión.
Escena 2
El triunfante joven se encuentra en un jardín encantado, rodeado por bellas y seductoras doncellas-flores. Lo llaman y se enredan sobre él mientras le riñen por haber herido a sus amantes ("Komm, komm, holder Knabe!"). Pronto luchan entre sí para ganarse la devoción exclusiva del joven, hasta el punto de que él va a escaparse, pero luego una voz lo llama, "Parsifal!" Recuerda entonces que es éste el nombre que su madre usa cuando se le aparece en sueños. Las doncellas-flores retroceden y le llaman tonto mientras lo abandonan y lo dejan a solas con Kundry, que aparece bellísima y seductora.
Él se pregunta si este jardín es un sueño y pregunta cómo es que Kundry sabe su nombre. Kundry le dice que lo aprendió de su madre, en un magnífico monólogo: ("Nein Parsifal, du tör'ger Reiner"..."Ich sah das Kind an seiner Mutter Brust." - "Yo vi al niño alimentado en el seno materno..."). Su madre lo había amado e intentado proteger del destino de su padre; él la había abandonado y ella, Herzeleide, había muerto de pena. Tras estas revelaciones de Kundry, el joven queda dominado por el remordimiento, culpándose a si mismo por la muerte de su madre. Comprende cuán estúpido ha sido olvidándola. Kundry dice que darse cuenta de esto es un primer signo de comprensión y que, con un beso, ella le puede ayudar a comprender el amor de su madre. En ese instante, Parsifal toma conciencia del dolor de Amfortas, y grita su nombre como si lo llamase: siente el dolor del rey herido ardiendo en su propio costado, y ahora entiende el sufrimiento físico y moral de Amfortas durante la ceremonia del Grial ("Amfortas! Die Wunde! Die Wunde!" - "¡Amfortas! ¡La herida! ¡La herida!") Lleno de compasión, Parsifal rechaza las proposiciones de Kundry.
Furiosa al ver que sus intentos fracasan, Kundry le dice a Parsifal que si puede sentir compasión por Amfortas, debería entonces ser capaz de sentir compasión por ella también. Ella ha sido maldita durante siglos, incapaz de descansar, porque vio al Salvador portando la Cruz camino del Calvario y se rió de su dolor. Ahora ella nunca puede llorar, sólo reírse, y está también esclavizada por Klingsor. Parsifal la rechaza de nuevo y le pide que lo guíe hasta Amfortas. Kundry le ruega que se quede con ella aunque sólo sea por una hora, y luego lo llevará ante Amfortas. La vuelve a rechazar, y entonces Kundry lo maldice a vagar sin encontrar jamás el Reino del Grial, finalmente ella llama a su maestro para que la ayude.
Klingsor aparece y arroja la Lanza a Parsifal, pero se detiene en mitad del aire, por encima de su cabeza. Parsifal la coge y hace el signo de la Cruz. El castillo se desmorona y mientras él emprende su marcha, le dice a Kundry que ya sabe dónde podrá encontrarlo de nuevo.
Acto III
Escena 1
Tras un nuevo preludio orquestal, sereno y armónicamente complejo, que simboliza el retorno de Parsifal, el tercer acto se abre como el primero, en el dominio del Grial, pero muchos años después. Gurnemanz aparece envejecido y doblado. Oye lamentos cerca de su cabaña de ermitaño y descubre a Kundry inconsciente en la maleza, como había ocurrido años atrás ("Sie! Wieder da!"). La revive usando agua del Santo Manantial, pero ella sólo pronuncia la palabra "servir" (“Dienen”). Gurnemanz presiente que hay algún significado en su reaparición en este día. Mirando al bosque, ve que se acerca un personaje, recubierto de armadura negra y el rostro cubierto por el yelmo. Trae consigo una lanza, pero no puede saber quién es. Gurnemanz se lo pregunta, sin obtener respuesta. Finalmente el recién llegado, desprovisto del yelmo, es reconocido por el anciano Gurnemanz como el muchacho que disparó al cisne, y con alegría observa que la Santa Lanza es la que ha traído consigo. Parsifal habla de su deseo de encontrar a Amfortas ("Zu ihm, des tiefe Klagen.") Relata su largo viaje, vagando durante años, incapaz de encontrar un camino de vuelta al Grial: a menudo se ha visto obligado a luchar, pero nunca rindió la Lanza en batalla. Dice a Gurnemanz que la maldición que le impedía encontrar el camino correcto ya no surte efecto. Gurnemanz reconoce empero que en su ausencia Amfortas nunca ha vuelto a oficiar para los caballeros del Grial, y que Titurel ha muerto. Parsifal se encuentra sobrecogido por el remordimiento, culpándose a sí mismo de esta situación. Gurnemanz le dice que hoy es el día de los funerales por Titurel y que tiene que cumplir un gran deber. Kundry lava los pies de Parsifal y Gurnemanz lo unge con agua del Santo Manantial, reconociéndolo como el casto inocente, ahora iluminado por la compasión, y como él será el nuevo rey de los caballeros del Grial. A su vez Parsifal bautiza a Kundry que permanece en silencio respetuoso. Parsifal mira alrededor y comenta la belleza de la naturaleza primaveral. Gurnemanz explica que hoy es Viernes Santo, cuando toda la creación se renueva por la Muerte del Salvador. Son los "encantamientos del Viernes Santo". Se oyen a lo lejos las campanas del templo de Monsalvat; Gurnemanz anuncia: Mediodía, ha llegado la hora. ¡Mi señor, permite que tu siervo te guíe! y los tres emprenden el camino hacia el castillo del Grial. Un interludio orquestal que se inicia con majestuosos acordes y ritmos que se interfieren (Mittag) los acompaña a la solemne reunión de los caballeros en la escena 2.
Escena 2
Los caballeros traen a Amfortas ante el santuario del Grial, y el féretro donde reposa su padre Titurel, a quien invoca para ofrecerle descanso de sus sufrimientos, y desea unirse a él en la muerte ("Mein vater! Hochgesegneter der Helden!" - "¡Padre mío!...") Los caballeros del Grial urgen apasionadamente a Amfortas que descubra el Grial de nuevo, pero iracundo, dice que nunca más realizará el oficio ante la sagrada Copa, ordenando a los caballeros que lo maten si así lo desean y acaben de una vez por todas con su sufrimiento y con la vergüenza que les ha aportado. En ese momento, Parsifal se adelanta y dice que sólo un arma puede sanar la herida ("Nur eine Waffe taugt" - "Sólo sirve un arma"): con la Lanza toca el costado de Amfortas, que queda curado y absuelto de su culpa. El mismo Parsifal ordena que se descubra el Grial, reemplazando a Amfortas como celebrante. Mientras todos los presentes se arrodillan, Kundry, liberada de su maldición y redimida, cae sin vida al suelo, al tiempo que una paloma blanca desciende sobre el Grial y sobre Parsifal. El coro entona un canto de acción de gracias.
Escuchamos la versión dirigida por Giuseppe Sinopoli en el Festival de Bayreuth de 1998 con Poul Elming, Linda Watson, Falk Struckman, Matthias Hölle, Hans Sotin y Ekkehard Wlaschiha.
Los Wesendonck Lieder, WWW 91, es un ciclo de canciones compuesto por Richard Wagner mientras estaba trabajando en Tristán e Isolda. Este ciclo y el Idilio de Sigfrido son las dos únicas obras de concierto de Wagner que se interpretan regularmente. Los Wesendonck Lieder fueron publicados bajo el título de Cinco poemas de Mathilde Wesendonck para voz de mujer y piano (Fünf Gedichte von Mathilde Wesendonk für eine Frauenstimme und Klavier) en 1857 y 1858 por C.F. Peters. El ciclo es una colección de poemas de Mathilde Wesendonck (1828-1902), la esposa de uno de los mecenas de Wagner. Wagner había conocido a Otto Wesendonck, un comerciante de sedas, en Zurich, donde el compositor se había refugiado después de huir de Sajonia tras el levantamiento de mayo en Dresde de 1849. Durante un tiempo, Wagner y su esposa Minna vivieron en el Asyl, una casita ubicada en la propiedad de los Wesendonck. Se ha dicho a veces que Wagner y Mathilde tuvieron una relación amorosa. De cualquier manera, la situación y la mútua atracción contribuyeron ciertamente a la intensidad en la concepción de Tristán e Isolda, donde también hay una influencia de los poemas de Mathilde. Los poemas mismos tienen un estilo anhelante y cargado de patetismo influenciado por Wilhelm Müller (1794-1827), el autor de muchos poemas usados por Schubert a principios de siglo. Pero el lenguaje es más enrarecido e intenso por el desarrollo del estilo romántico. El mismo Wagner llamó a dos de las canciones del ciclo "estudios" para Tristán e Isolda, usando por primera vez ciertas ideas musicales que más tarde fueron desarrolladas en la ópera. En "Träume" pueden oírse las raíces del dúo de amor del acto II, mientras que en "Im Triebhaus" (la última de las cinco que se compuso) utiliza música que luego desarrolló extensamente en el preludio del acto III. El estilo cromático-armónico de Tristán impregna las cinco canciones del ciclo. Wagner escribió inicialmente las canciones para voz de mujer y piano solo, pero también realizó una versión de "Träume" completamente orquestada para ser interpretada por una orquesta de cámara bajo la ventana de Mathilde en ocasión de su cumpleaños el 23 de diciembre de 1857. El ciclo fue estrenado en público cerca de Mainz el 30 de julio de 1862 bajo el título de Cinco canciones para voz femenina. La orquestación del ciclo completo para gran orquesta la realizó Felix Mottl, el director wagneriano.
Escuchamos Im Triebhaus (En el invernadero) en la versión de Christa Ludwig con la Orquesta Philharmonia de Londres bajo la dirección Otto Klemperer.
El oro del Rin (título original en alemán, Das Rheingold) es una ópera en cuatro cuadros con música y libreto en alemán de Richard Wagner, la primera de las cuatro óperas que componen el ciclo de El anillo del nibelungo (Der Ring des Nibelungen). Se estrenó en el Hoftheater de Múnich el 22 de septiembre de 1869, con August Kindermann en el papel de Wotan, Heinrich Vogl como Loge, y Wilhelm Fischer como Alberich.
Aunque El oro del Rin es la primera òpera del ciclo El anillo del nibelungo, fue la última en ser concebida. Los planes de Wagner para la tetralogia fueron hacia atrás a partir de la muerte del héroe Sigfrido, para incluir su juventud y luego la historia de los acontecimientos en torno a su concepción y de cómo la valkiria Brunilda
fue castigada por haber intentado salvar a sus padres contra las
instrucciones de Wotan. De manera que en agosto de 1851, Wagner escribió
en "Eine Mitteilung an meine Freunde" (Una comunicación a mis amigos),
"Me propongo producir mi mito en tres dramas completos....". Sin
embargo, para el mes de octubre, había decidido que esta trilogía
requería un preludio y el texto de "Eine Mitteilung" fue debidamente
alterado para reflejar el cambio. A la frase arriba citada él añadió las
palabras, "que serán precedidas por un gran prólogo".
Empezó a trabajar en el prólogo produciendo tres esbozos en prosa
aquel mes, aunque él siguió estando inseguro sobre el nombre,
considerando por turnos Der Raub: Vorspiel (El robo: Preludio), Der Raub des Rheingoldes (El robo del oro del Rin) y Das Rheingold (Vorspiel) (El oro del Rin (Preludio)). Una carta que Wagner escribió a Theodor Uhlig
confirma que en esta época la ópera iba a tener tres actos. Wagner
siguió desarrollando el texto y el guion del preludio en paralelo con
los de La valkiria. El esquema en prosa de El oro del Rin
fue terminado entre el 21 y el 23 de marzo de 1852 y su borrador en
verso entre el 15 de septiembre y el 3 de noviembre. Una copia fiel del
texto fue acabado para el 15 de diciembre.
Durante los primeros años de la década de 1850, Wagner produjo algunos esbozos musicales para partes del Anillo
y apuntó varios motivos que se usarían en la obra. De particular
interés es el 5 de septiembre de 1853; Wagner pretendió en su
autobiografía Mein Leben que en esta fecha la idea musical le vino mientras estaba medio dormido en un hotel en La Spezia en Italia, pero esto ha sido puesto en duda por Deathridge y otros.
También existen tres grupos de aislados esbozos musicales para El oro del Rin
que fueron compuestos entre el 15 de septiembre de 1852 y noviembre de
1853. El primero de ellos fue incluido en el borrador en verso del
texto, el segundo en la copia de Wagner de la impresión de 1853 del
texto; la tercera se escribió en una hoja no datada de papel musical.
Las tres fueron usadas posteriormente por Wagner.
El adecuado desarrollo de la partitura empezó el 1 de noviembre de
1853. Para el 14 de enero, Wagner completó el primer esbozo de la ópera
entre dos y tres pentagramas. La siguiente etapa implicó el desarrollo
de un borrador más detallado que indicaba la mayor parte de los detalles
vocales e instrumentales. Esto se terminó para el 28 de mayo. En
paralelo con ésto, Wagner empezó a trabajar en una buena copia de la
partitura el 15 de febrero, una tarea que había terminado el 26 de
septiembre de 1854, momento en el que ya había empezado a trabajar en
los esbozos de La valkiria.
Wagner quería que esta ópera se estrenara como parte de todo el ciclo,
pero se vio obligado a representarla antes por insistencia de su patrón,
el rey Luis II de Baviera. Se estrenó en el Hoftheater de Múnich el 22 de septiembre de 1869. La ópera se estrenó como parte del ciclo el 13 de agosto de 1876, en el Festspielhaus de Bayreuth. El oro del Rin sigue siendo una de las óperas más populares de Wagner. Sigue, pues, representándose con regularidad, tanto en Bayreuth como en otros lugares como parte del ciclo del Anillo o separadamente.
Veamos el argumento:
Tres ninfas custodian el oro situado en el fondo del río Rin. El enano Alberich (un nibelungo) lo roba y fabrica con él un anillo mágico.
El dios Wotan (Odín),
ha ordenado a dos gigantes que levanten un castillo. Les dará como
premio a Freia, la Diosa de la Juventud, pero ésta se niega. Entonces
Wotan, de acuerdo con Loge (el semidios del Fuego), decide apoderarse
del oro acumulado por Alberich para ofrecérselo a los gigantes en lugar
de Freia.
Mientras tanto Alberich ha adquirido un yelmo mágico que le permite
hacerse invisible o transformarse en diversos animales. Mediante una
artimaña Wotan lo apresa y se hace con el anillo. Alberich pone una
maldición sobre todo aquél que desee el anillo.
Los gigantes reclaman el anillo para liberar a Freia. Wotan se ve
forzado a entregárselo tras la intercesión de Erda, la Diosa de la
Tierra. Uno de los gigantes mata al otro y huye con el oro y el anillo.
Finalmente Wotan y otros dioses entran triunfalmente en la fortaleza
mágica (Walhalla).
En la última escena las ninfas lamentan la pérdida del oro. Loge, quien
no puede entrar a Walhalla por ser sólo un semidios, se burla tanto de
ellas como de los dioses y anuncia su caída futura.
Vamos a ver el final de la ópera en la puesta en escena ya histórica de Patrice Chéreau que se representó en Bayreuth de 1976 a 1980. Donald McIntyre aparece en el papel de Wotan, Heinz Zednik en el de Loge y la orquesta del Festival está dirigida por Pierre Boulez.
El Idilio de Sigfrido (Siegfried-Idyll, en alemán) (1870) es una de las pocas obras sinfónicas de Richard Wagner. Tiene una duración aproximada de 20 minutos.
Es una composición de cámara (para pequeña orquesta) finalizada en Villa Triebschen el 4 de diciembre de 1870 celebrando el nacimiento de su hijo Siegfried Wagner (1869) y su casamiento con Cosima Liszt. El propio Wagner dirigió el estreno de la obra que había sido ensayada en secreto por Hans Richter veintiún días más tarde para el cumpleaños de Cósima que cumplía 33 años de edad ese día de Navidad de 1870.
Según consta en el diario de Cósima: «Fui despertada por el sonido de una música nueva, maravillosa y desconocida tocada por un conjunto de cámara. Al finalizar, Richard apareció con mis cinco hijos y me entregó la partitura llamada Regalo sinfónico de cumpleaños».
Wagner había encontrado, en aquella villa a orillas del Lago Lucerna, la paz después del escándalo público que casi termina con su carrera, por su relación con Cósima, la hija ilegítima de Franz Liszt casada con el gran director Hans von Bülow.
Originalmente sólo destinada a familia y amigos, se vio forzado a publicarla en 1878 por dificultades financieras. El Idilio de Sigfrido (originalmente llamado el Idilio de Tribschen) fue su única composición sinfónica de madurez.
La obra incorpora temas que serán usados en el dueto final de la ópera Siegfried en 1876 y una canción de cuna alemana.
Escuchamos la versión de Hans Knappertsbusch dirigiendo a la Orquesta Filarmónica de Munich en una grabación de 1963.
El holandés errante o El buque fantasma (título original en alemán, Der Fliegende Holländer) es una ópera romántica en tres actos con música y libreto en alemán de Richard Wagner. Se estrenó en Dresde, en la Semper Oper, el 2 de enero de 1843, dirigida por el autor.
Wagner dijo en su autobiografía del año 1870 Mein Leben que él se había inspirado para escribir "El holandés errante" después de un tormentoso viaje por mar desde Riga hasta Londres en julio y agosto de 1839, pero en su Esbozo autobiográfico de 1843 Wagner reconoció que había tomado la historia del relato que Heinrich Heine hizo de la leyenda en su novela satírica de 1834 Las memorias del señor de Schnabelewopski (Aus den Memoiren des Herrn von Schnabelewopski). El tema central es la redención a través del amor.
Esta obra muestra los primeros intentos en el estilo operístico que caracterízaría sus posteriores dramas musicales. En El holandés errante Wagner usa una serie de leitmotifs (literalmente, "motivos líderes") asociados con los personajes y los temas. Los leitmotifs están todos presentados en la obertura, que empieza con un tema muy conocido de océano o tormenta antes de pasar a los motivos del Holandés y de Senta.
Wagner originalmente escribió El holandés errante para ser representado sin interrupción — un ejemplo de sus esfuerzos por romper con la tradición — y, mientras los teatros de ópera de la actualidad a veces aún siguen esta directiva, también se interpreta en la versión de tres actos.
Vamos a escuchar la obertura de la ópera en la versión de Otto Klemperer dirigiendo a la Orquesta New Philharmonia en una grabación de 1968.
Tannhäuser y el torneo de trovadores del castillo de Wartburg (título original en alemán, Tannhäuser und der Sängerkrieg auf Wartburg) es una ópera en tres actos con música y libreto en alemán de Richard Wagner, basada en dos leyendas alemanas. Wagner utilizó principalmente dos historias que aparecen en la obra de Ludwig Bechstein, entre otras fuentes: una de ellas es la leyenda del caballero Tannhäuser y la otra es la llamada Der Sängerkrieg auf der Wartburg, es decir el «concurso de canto del Castillo de Wartburg». Los temas principales de la ópera son la lucha entre el amor sagrado y profano, y la redención a través del amor, tema dominante en gran parte de la obra de Wagner.
Wagner dirigió el estreno en la Semperoper de Dresde el 19 de octubre de 1845.
La obertura de Tannhäuser es una de las páginas más difundidas del autor, y se ejecuta frecuentemente en las salas de concierto.
Presenta dos secciones contrastantes que resumen los dos elementos en tensión de la obra: el tema de los peregrinos, asociado al perdón, la piedad, el amor puro, Elisabeth, y el del Venusberg, el amor sensual y lujurioso. Estos temas aparecerán en distintos momentos a lo largo de la obra.
Escuchamos la versión de Arturo Toscanini dirigiendo la Orquesta de la NBC en 1948.