jueves, 19 de noviembre de 2015

Leonie Rysanek (1926-1998)


Leopoldine "Leonie" Rysanek (Viena, 14 de noviembre de 1926 – 7 de marzo de 1998) fue una soprano lírico-dramática austríaca que descolló en óperas de Richard Wagner, Giuseppe Verdi y Richard Strauss.

De padre checo y madre austríaca, nació en Viena en una familia de seis hermanos, su hermano Kurt fue barítono y su hermana, la soprano Lotte Rysanek formó parte del elenco de la Ópera Estatal de Viena, compañía donde Leonie llegó a cantar 532 representaciones.
Estudió con Alfred Jerger y Rudolf Grossmann con quien se casó. Habiendo debutado en la Opera de Innsbruck en 1949 como Agathe en Der Freischütz de Carl Maria von Weber, su consagración llegó en 1951 como Siglinda durante las primeras representaciones de posguerra en el Festival de Bayreuth de La Valquiria (Die Walküre) en la tetralogía El anillo de los Nibelungos (Der Ring des Nibelungen) dirigida por Herbert von Karajan, papel con el que sería particularmente asociada a lo largo de una extensa carrera que abarcó casi medio siglo.
Rysanek perteneció al extraordinario grupo de cantantes, entre otros Birgit Nilsson, Astrid Varnay, Martha Mödl, Régine Crespin, James King, Wolfgang Windgassen, Hans Hotter, Ludwig Weber, Gustav Neidlinger y Hermann Uhde, que revitalizaron el festival wagneriano de Bayreuth bajo el liderazgo de Wieland Wagner, nieto del compositor, en lo que se dio en llamar El Nuevo Bayreuth. En ese recinto se sucedieron otros personajes de la categoría (o Fach) "joven dramática": Senta en El holandés errante, Elisabeth en Tannhäuser y Elsa en Lohengrin.

En 1959 debutó en el Metropolitan Opera como Lady Macbeth en Macbeth de Verdi reemplazando a Maria Callas que había sido despedida por Rudolf Bing, entonces director del teatro. Rápidamente se convirtió en favorita de la audiencia neoyorquina, donde cantó 299 funciones en 24 papeles a lo largo de 37 años, protagonizando los estrenos de Macbeth, Nabucco, Ariadne auf Naxos, Die Frau ohne Schatten, y como Kabanicha en Katia Kabanová de Leoš Janáček. En 1983 celebró su cuarto de siglo con ese teatro coincidiendo con el centenario del mismo en un concierto con escenas de La Valquiria y Parsifal dirigido por James Levine. Cuando se despidió del Met en 1996, en el breve papel de la Condesa de La dama de picas de Chaicovski, el público le obsequió una ovación de cuarenta minutos.
Poseedora de una voz de inmenso caudal que no siempre lograba dominar (lapsos en la afinación y en los ataques eran algunas de las fallas más cuestionadas) indudablemente fue una de las mejores cantantes-actrices de la segunda mitad del siglo XX. Su magnetismo escénico, instinto teatral, intensidad y entrega provocaban una fervorosa adhesión del público. Para preservar su longevidad vocal se mantuvo lejos de las vocalmente agotadoras Isolda (Tristan und Isolde) y Brunilda (La Valquiria) de Richard Wagner, aunque siguió interpretando otras heroínas como Siglinda, la Emperatriz, Salomé y Chrysotemis durante décadas.

Destacó en ópera italiana, especialmente en obras de Verdi, donde se la recuerda como Amelia (Un ballo in maschera), Desdémona (Otello), Abigail (Nabucco), Elisabetta di Valois (Don Carlo), Leonora (La forza del destino) y Aida. Fue una famosa Tosca de Puccini y sólo cantó Turandot una temporada en la Ópera de San Francisco, donde hizo su debut americano en 1956 como Senta.
No obstante, las óperas de Richard Strauss le aseguran un sitio de honor en la historia de la lírica. Guiada por su mentor artístico, el director austríaco Karl Böhm fue insuperable Emperatriz en Die Frau ohne Schatten, Ariadna (Ariadne auf Naxos), la Mariscala (El caballero de la rosa), Salomé, Helena (La Egipcíaca Helena), Danae (El amor de Danae) y especialmente Chrysotemis en Elektra. Con el transcurso del tiempo, Rysanek fue la única cantante que abordó los tres protagónicos femeninos de esa ópera: Chrysotemis, Klytämnestra y, persuadida por Böhm, el rol titular de Elektra para el film de Götz Friedrich que sirvió de testamento artístico al director en 1982.
Otros roles destacados fueron Leonore (Fidelio), Medea (Cherubini), Dalibor (Bedřich Smetana), La Gioconda (Ponchielli), Santuzza (Cavalleria Rusticana), Tatyana (Eugene Onegin) y Donna Anna (Don Giovanni) de Mozart.

Hacia el final de su carrera se dedicó a papeles de mezzosoprano que requerían de sus notables dotes histriónicas: Herodías (Salomé), Klytämnestra (Elektra), La Condesa (La dama de picas), Kostelnička (Jenůfa de Leoš Janáček), retornando al repertorio wagneriano con memorables Kundry (Parsifal) y Ortrud (Lohengrin).
Debutó tardíamente en el Teatro Colón de Buenos Aires en 1995 como Klytämnestra, junto a la Elektra de Hildegard Behrens.
Se despidió del público en agosto de 1996 en el Festival de Salzburgo como Klytämnestra en Elektra. A su retiro fue nombrada curadora del Festival de Viena pero, diagnosticada con cáncer óseo, falleció a los pocos meses de asumir el cargo. Divorciada de Grossmann, Rysanek estaba casada con Ernst-Ludwig Gausmann desde hacía treinta años.

Documental sobre Leonie Rysanek:


Como Sieglinde con Ludwig Suthaus dirigidos por Wilhelm Furtwängler:


Como Elisabeth en Tannhäuser:

martes, 10 de noviembre de 2015

Frida Leider (1888-1975)


Frida Leider fue una soprano dramática alemana nacida en Berlín el 18 de abril de 1888, murió en Berlín en 1975. Se inició como contralto y mezzosoprano, su voz siempre retuvo la opacidad y oscuridad de aquellos registros, poseía una línea de canto noble y alta expresividad.
Una de las grandes sopranos wagnerianas (y del repertorio dramático) de todos los tiempos. Hasta la llegada de la noruega Kirsten Flagstad fue junto a Florence Austral, Emmy Destinn, Johanna Gadski, Gertrud Bindernagel, Maria Müller, las hermanas Konetzni, Meta Seinemeyer, Lotte Lehmann y Germaine Lubin una de las supremas exponentes del canto wagneriano.
Famosa Isolda, Kundry de Parsifal y Brünnhilde se destacó como Fidelio, Donna Anna, Alceste y Aida y Leonora de Verdi.
Estudió canto en Berlín y debutó como Venus de Tannhäuser en Halle en 1915. Después de dos años en el Teatro de Rostock donde ensayó una variedad de roles, incluso Norma de Bellini. Su actuación en la ópera de Hamburgo en 1923 para pasar a ser la soprano dramática de la Ópera Estatal de Berlín entre 1924 y 1938, en ese año su carrera terminó abruptamente cuando su esposo -el violinista Rudolf Deman, concertino de la orquesta del teatro- se vio forzado a emigrar por las políticas antisemitas de los nazis.
Desde la ascensión de Hitler en 1933, la pareja sufrió presiones severas, cuando Deman huyó a último momento hacia Suiza, la soprano tuvo un colapso nervioso; se refugió en su residencia del campo cercana a Berlín donde permaneció hasta la capitulación.
Animada por el pianista Michael Raucheisen, Leider continuó cantando en recitales hasta 1946, a menudo acompañada por la mezzosoprano Margarete Klose.
En 1947 comenzó a dirigir óperas recordándose una escenificación de Tristán e Isolda bajo la batuta de Wilhelm Furtwängler. Dirigió hasta 1952 el conservatorio para jóvenes cantantes de la Staatsoper berlinesa y el colegio de música hasta 1958
Triunfó en las Óperas de Viena, París, Múnich, Milán donde cantó las tres Brunildas de Wagner en italiano, el Metropolitan Opera de New York, el Covent Garden de Londres dirigida por Erich Kleiber y el Teatro Colón de Buenos Aires en 1931 donde cantó las tres Brunildas e Isolda acompañada por Lauritz Melchior y dirigida por Otto Klemperer. Figuró en el Festival de Bayreuth como la máxima Prima donna de su época.
En las Conversaciones con Wieland Wagner, éste le comenta a Antoine Golèa que Kirsten Flagstad y Birgit Nilsson son dos fenómenos vocales excepcionales y que, en cuanto tales, no sirven como medida de las voces wagnerianas: "Para mí"- dice Wieland- "la medida es otra: ¿se acuerda usted de Frida Leider? Su voz era evidentemente más pequeña, pero poseía una gran técnica, y el vigor de sus personajes y la expresión eran muy grandes".

Como Isolda:


Erlkönig de Franz Schubert: