Zarzuela en un acto, dividido en tres cuadros, original y en prosa de Enrique García Álvarez, Antonio Paso y Federico Chueca, estrenada el 20 de enero de 1900 en el Teatro Eslava de Madrid.
El libreto trata un tema clásico: el amor entre dos personas que son víctimas de un matrimonio de conveniencia y como el amor triunfa en el último momento. Carola y Alegrías se conocen desde que nacieron y están enamorados, pero la familia de Carola anuncia su compromiso con Juan, hijo de un rico hacendado. La timidez de Alegrías obliga a Carola a tomar la decisión de rechazar el compromiso. El nombre de la zarzuela es un juego de palabras con el nombre del joven enamorado, Alegrías.
Para el popular autor de La Gran Vía fue, en realidad, el gran éxito de anoche. El maestro volvió con singulares bríos por su fama, y el verdadero Chueca, el músico de los aires populares, alcanzó un triunfo ruidoso, de los que «hacen época». Partituras tan inspiradas y originales como ésta se han escrito pocas para obras del género chico. (La Época del 21 de enero de 1900)Respecto de Chueca, los elogios deben ser mayores; porque Chueca, en La alegría de la huerta, es lo que siempre ha sido; un músico de inspiración lozanísima, que reproduce en el pentagrama, realzándolos con el arte, aires del pueblo, que á la vez parecen amenazas y gemidos, cantos de fiesta y gritos de dolor. También Chueca, como sus colaboradores, ha probado en su última obra que sabe componer en grande, sin recurrir á los sótis y valses que le han hecho famoso. (Juan Palomo en El Globo de 21 de enero de 1900)
Trátase de un cuadro de costumbres murcianas y en extremo agradable, movido; con interés, con pasión; el éxito fue ruidoso y verdadero. (...) Chueca ha escrito para esta obra una música preciosa, apasionada, brillante. Se repitieron casi todos los números. (A. Luna en El Heraldo de Madrid del 21 de enero de 1900)
A pesar de que la representación de La alegría de la huerta, de Paso, Alvarez y Chueca, duró hora y media larga, el público del estreno no dio muestras de cansancio. Por el contrario, desde el principio al fin no cesó la risa y el palmoteo, siendo los autores aclamados diferentes veces, así como el Sr. Muriel, que ha pintado tres decoraciones de efecto. El popular maestro Chueca, especialmente, recibió una cariñosa ovación por la inspiración y la valentía con que vuelve á refrescar sus laureles. Anoche triunfó en toda la línea. (El Imparcial de 21 de enero de 1900)