jueves, 18 de septiembre de 2014

Fantasía para un gentilhombre. Joaquín Rodrigo

Doménikos Theotokópoulos: El caballero de la mano en el pecho (1580)

Fantasía para un gentilhombre es un concierto para guitarra y orquesta del compositor español Joaquín Rodrigo (1901-1999). Es su segundo concierto más popular, después del Concierto de Aranjuez.
Sus cuatro movimientos están basados en seis danzas cortas para guitarra solista del compositor español del siglo XVII Gaspar Sanz, tomadas de la obra conocida comúnmente como Instrucción de música sobre la guitarra española en tres volúmenes (1674, 1675, 1697). La mayor parte de los movimientos conservan los nombres originales de Sanz. Rodrigo amplió los temas de Sanz para producir una obra de más de 20 minutos.
Rodrigo compuso el concierto en 1954 a petición del guitarrista Andrés Segovia, que era evidentemente el gentilhombre referido al título. Segovia interpretó la parte solista en el estreno de la pieza el 5 de marzo de 1958 en San Francisco.

El primer movimiento se abre con el melódico Villano con fases entre el guitarra solista y la orquesta. El movimiento repite el tema de Sanz muchas veces, variándolo de modo que nunca llegue a ser repetitivo. Ésta es la misma forma de los otros movimientos de la obra. El movimiento hace también alusión sutil a los otros temas usados en los movimientos subsecuentes. La segunda parte del primer movimiento, llamada Ricercare, es una pieza corta en contraste con Villano y basada enteramente en una frase de dos compases, repetida bajo la forma de una compleja fuga o ricercare.
El segundo movimiento vuelve a un tema más lírico con Españoleta, que tiene una melodía fascinante con un rico acompañamiento de cuerdas. La sección central de este movimiento, Fanfare de la Caballería de Nápoles, trae golpes rápidos, discordantes del tambor junto con el acompañamiento de la guitarra y fanfarrias espectrales de trompeta y flauta. El movimiento se concluye con una repetición de Españoleta.
El tercer movimiento, Danza de las Hachas, tiene un ritmo enérgico de danza, apoyado por un crescendo de la orquesta. Este vivo y corto movimiento es en realidad un interludio que enlaza la parte más melódica de la Fantasía con el más plano movimiento final.
Finalmente, el cuarto movimiento, Canario, trae música que Sanz escribió en el estilo de una danza popular de las Islas Canarias. Rodrigo hace un homenaje a los orígenes de esta música imitando una llamada de pájaro hacia el final del movimiento.

Escuchamos la versión de Pepe Romero a la guitarra con la Orquesta de la UNAM dirigida por Manuel Galduf en una grabación de 1996.


martes, 9 de septiembre de 2014

Hungaria, S. 103. Franz Liszt

 Alegoría de la Revolución húngara de 1848

Hungaria, S.103 es un poema sinfónico compuesto por Franz Liszt en 1854. Es el número 9 de su ciclo de trece poemas sinfónicos escritos durante su periodo en Weimar.
El poema está basado en parte en la Marcha heroica al estilo húngaro para piano que escribió en 1840. Fue estrenada bajo la dirección de Liszt en el Teatro Nacional Húngaro de Budapest el 8 de septiembre de 1856, donde alcanzó un gran éxito. «Fue mejor que los aplausos», escribió el compositor más tarde. «Todos lloraron, tanto hombre como mujeres». Había recordado la escena del proverbio que decía «lágrimas de alegría para los húngaros».
Hungaria no tiene programa y es considerada una Rapsodia húngara por una gran mayoría. Después de una corta introducción, marcada como Largo con duolo, el tema principal de la Marcha al estilo hungaro aparece en los clarinetes, fagotes y violas. Este tema y su continuación dominan la primera parte de la obra, aunque interrumpido en una ocasión por una cadenza para violín solista. Esta parte contiene las características estilísticas de los verbunkos (danza húngara del siglo XVIII) con secciones Largo con duolo alternando con un Andante marziale en un contraste de lassu y friss (tiempos lento y rápido de las csardas húngaras), ritmos acentuados formalmente y abundante ornamentación violinística. La música incrementa en violencia hasta llegar finalmente a un segundo tema. Una de las partes más típicas de esta obra es la marcha fúnebre basada en este segundo tema. Aquí, Liszt deseaba claramente simbolizar tanto el fracaso de la revuelta de Lajos Kossuth en la Revolución húngara de 1848 como la esperanza de que un día Hungría sería liberada por su propio pueblo. La obra termina volviendo a referirse a ambos temas.

Escuchamos la versión de la Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig dirigida por Kurt Masur en una grabación de 1978.